Esas extrañas parejas
Hay parejas y parejas. Cada relación es un mundo. Y uno desde afuera a veces puede entender realmente muy poco. Es que el pacto es entre dos, hay códigos y formas de relacionarse, diferentes formas de estar juntos.
Ver algunas parejas, me hace agradecer estar sola. Y caigo en la cuenta de que esto no es sólo azar. En gran parte los que y los cómo son elecciones nuestras, a veces muy inconscientes. El hecho de estar sola, tiene que ver también con una decisión: no estar con cualquiera, a cualquier precio, sólo por llenar el casillero “novio”.
Un fulano me hizo pensar mucho hoy. Resulta que él está en pareja desde hace cuatro años con alguien al que históricamente le fue infiel. Pero no infiel de “caí en la tentación”. No, él es sistemáticamente infiel y es capaz de mantener relaciones paralelas (aunque sólo sean para sexo), a lo largo del tiempo.
Este fulano tiene una doble vida, pero va más allá de la infidelidad. El oculta en gran parte quién es, qué piensa, qué desea. Es como que forma un personaje para su novia, para la persona con la cual convive. Así él se esconde y se disfraza ante la persona con la que sueña (¿?) formar una familia. Ella no conoce cosas de su vida cotidiana, como el porrito que prende cuando sale del trabajo, por ejemplo. Pero tampoco conoce sus formas de sentir placer en la cama… que pueden no ser muy ortodoxas, pero que Alexandra (la sexóloga) recomendaría. Hasta algunos amigos le esconde, porque no son de los presentables.
Y en su disfraz de novio banca cosas que realmente no tienen nada que ver con él, como las vacaciones en el UFO Point (no en Pinamar, en el UFO ehhh). Y hasta llegó a acompañarla en una decisión difícil para los dos, pero priorizando lo que ella quería y lo que a ella y a su carrera le convenían…por más que eso lo torture de por vida.
También está mi amigo X, que hace ya un año que sale con una muchacha, con la que todavía no sabe bien qué hace. Cuando alguien le pregunta como marcha la relación, él larga un mísero y lastimoso “Y… ahí andamos…que se yo”. Entre mates confesó que en realidad está con ella porque es una chica para casarse: seria, no anda en la joda, buenita… pero en realidad no la quiere, no lo excita, no lo hace soñar.Cuando escuché esto, me acordé de mi última relación. Estoy convencida de que él no se animó a dejarme porque íbamos a casarnos y ese era el casillero que a él le interesaba llenar. Creo que haría un tiempo que yo no le provocaba lo de antes, ni siquiera algo nuevo e interesante. Yo terminé la relación y al tiempo el completó el casillero y pasó a jugar para el lado de los casados.
No importa quién, el rol toma preponderancia por sobre la persona. Hacía un tiempo decía “Quiero un novio…”, que no es lo mismo que decir “Me interesa esa persona, la paso bien cuando estamos juntos, me gusta compartir mi vida… me gustaría que nos pusiéramos de novio”.
¿De qué sirve completar el casillero con un tilde que sólo habla de un rol socialmente estipulado y no realmente de un deseo? ¿Qué sentido tiene renegar de lo que uno es, siente, piensa y desea, sólo por mantener al otro a nuestro lado? ¿Por qué aguantar una situación que no nos hace feliz, sólo para cumplir con metas impuestas por otros o por miedo a no poder conseguir otra cosa (como si solo fuera cuestión de tener algo)?
Para mi eso no tiene sentido, uno tiene que apostar por lo que desea y jugarse por lo que siente. Animarse a estar solo ( o con uno mismo) y no esperar que otro lo llene o solo tildar en el casillero correcto (¿?). Sigo convencido: Mejor sola que mal acompañada
Ver algunas parejas, me hace agradecer estar sola. Y caigo en la cuenta de que esto no es sólo azar. En gran parte los que y los cómo son elecciones nuestras, a veces muy inconscientes. El hecho de estar sola, tiene que ver también con una decisión: no estar con cualquiera, a cualquier precio, sólo por llenar el casillero “novio”.
Un fulano me hizo pensar mucho hoy. Resulta que él está en pareja desde hace cuatro años con alguien al que históricamente le fue infiel. Pero no infiel de “caí en la tentación”. No, él es sistemáticamente infiel y es capaz de mantener relaciones paralelas (aunque sólo sean para sexo), a lo largo del tiempo.
Este fulano tiene una doble vida, pero va más allá de la infidelidad. El oculta en gran parte quién es, qué piensa, qué desea. Es como que forma un personaje para su novia, para la persona con la cual convive. Así él se esconde y se disfraza ante la persona con la que sueña (¿?) formar una familia. Ella no conoce cosas de su vida cotidiana, como el porrito que prende cuando sale del trabajo, por ejemplo. Pero tampoco conoce sus formas de sentir placer en la cama… que pueden no ser muy ortodoxas, pero que Alexandra (la sexóloga) recomendaría. Hasta algunos amigos le esconde, porque no son de los presentables.
Y en su disfraz de novio banca cosas que realmente no tienen nada que ver con él, como las vacaciones en el UFO Point (no en Pinamar, en el UFO ehhh). Y hasta llegó a acompañarla en una decisión difícil para los dos, pero priorizando lo que ella quería y lo que a ella y a su carrera le convenían…por más que eso lo torture de por vida.
También está mi amigo X, que hace ya un año que sale con una muchacha, con la que todavía no sabe bien qué hace. Cuando alguien le pregunta como marcha la relación, él larga un mísero y lastimoso “Y… ahí andamos…que se yo”. Entre mates confesó que en realidad está con ella porque es una chica para casarse: seria, no anda en la joda, buenita… pero en realidad no la quiere, no lo excita, no lo hace soñar.Cuando escuché esto, me acordé de mi última relación. Estoy convencida de que él no se animó a dejarme porque íbamos a casarnos y ese era el casillero que a él le interesaba llenar. Creo que haría un tiempo que yo no le provocaba lo de antes, ni siquiera algo nuevo e interesante. Yo terminé la relación y al tiempo el completó el casillero y pasó a jugar para el lado de los casados.
No importa quién, el rol toma preponderancia por sobre la persona. Hacía un tiempo decía “Quiero un novio…”, que no es lo mismo que decir “Me interesa esa persona, la paso bien cuando estamos juntos, me gusta compartir mi vida… me gustaría que nos pusiéramos de novio”.
¿De qué sirve completar el casillero con un tilde que sólo habla de un rol socialmente estipulado y no realmente de un deseo? ¿Qué sentido tiene renegar de lo que uno es, siente, piensa y desea, sólo por mantener al otro a nuestro lado? ¿Por qué aguantar una situación que no nos hace feliz, sólo para cumplir con metas impuestas por otros o por miedo a no poder conseguir otra cosa (como si solo fuera cuestión de tener algo)?
Para mi eso no tiene sentido, uno tiene que apostar por lo que desea y jugarse por lo que siente. Animarse a estar solo ( o con uno mismo) y no esperar que otro lo llene o solo tildar en el casillero correcto (¿?). Sigo convencido: Mejor sola que mal acompañada