Costumbres argentinas que...
Anoche se recibió mi amigo Andy, ahora el Licenciado Andy. En las escalinatas de la facultad esperábamos que salga de rendir el último oral. Los padres, los abuelos y tíos habían viajado desde su pueblo natal, en ese viaje se colaron dos amigos que quedaron por aquellos pagos y que tampoco querían perderse semejante acontecimiento. También estábamos los de acá, los amigos de esta nueva etapa capitalina. Todos con la misma alegría y la misma ansiedad.
Esperamos cerca de una hora, pero pareció más. En un rincón estaban las municiones: polenta, yerba, huevos, harina, agua, puré de tomates, arena, papel picado. Hasta un racimo de globos había para los festejos.
El no sospechaba lo que le esperaba. Organizamos todo sorpresa. Así que la emoción era mayor por la adrenalina que genera sorprender a alguien. Con cada persona parecida a él nos entusiasmábamos... pero no, había que esperar otro poco más.
En un momento un nene se acercó pidiendo una moneda. Miró hacia el rincón convertido en deposito de “armamentos” y dijo “¿Esa comida la van a tirar?” Sus palabras me sacudieron, me dolieron, me atravesaron como puñal. Uno de nosotros dijo “lo que pasa es que es comida que está fea, por eso la tiramos”. La mentira nos hizo sentir menos culpables...
Increíble: en un país donde la mayor parte de la población está por debajo de la línea de pobreza, nosotros festejamos (¿?) tirando comida. Me pregunté cómo habíamos empezado con este ritual de egreso ¿Qué momento de país nos permitía festejar tirando comida sin sentir culpa? Seguramente este no.
Enseguida me acordé de los casamientos por civil, en el que a los novios al salir les llueven granos de arroz. Más de uno los querría en su olla...
No estoy en contra del ritual del enchastre, al contrario, me encanta. Recuerdo lo divertido que fue bañar de mugre a cada uno de mis amigos. Recuerdo mi recibida, terminé en bikini y llena de tempera, comida, vinagre, vino tinto y otras yerbas. La foto es imperdible y el momento imborrable.
Pero tal vez es hora de repensar algunos festejos y adaptarlos a nuestros tiempos. En vez de comida que resulta pecaminoso en esta coyuntura probemos con: bosta, barro, agua, hojas secas, papel picado, cucarachas muertas...
Esperamos cerca de una hora, pero pareció más. En un rincón estaban las municiones: polenta, yerba, huevos, harina, agua, puré de tomates, arena, papel picado. Hasta un racimo de globos había para los festejos.
El no sospechaba lo que le esperaba. Organizamos todo sorpresa. Así que la emoción era mayor por la adrenalina que genera sorprender a alguien. Con cada persona parecida a él nos entusiasmábamos... pero no, había que esperar otro poco más.
En un momento un nene se acercó pidiendo una moneda. Miró hacia el rincón convertido en deposito de “armamentos” y dijo “¿Esa comida la van a tirar?” Sus palabras me sacudieron, me dolieron, me atravesaron como puñal. Uno de nosotros dijo “lo que pasa es que es comida que está fea, por eso la tiramos”. La mentira nos hizo sentir menos culpables...
Increíble: en un país donde la mayor parte de la población está por debajo de la línea de pobreza, nosotros festejamos (¿?) tirando comida. Me pregunté cómo habíamos empezado con este ritual de egreso ¿Qué momento de país nos permitía festejar tirando comida sin sentir culpa? Seguramente este no.
Enseguida me acordé de los casamientos por civil, en el que a los novios al salir les llueven granos de arroz. Más de uno los querría en su olla...
No estoy en contra del ritual del enchastre, al contrario, me encanta. Recuerdo lo divertido que fue bañar de mugre a cada uno de mis amigos. Recuerdo mi recibida, terminé en bikini y llena de tempera, comida, vinagre, vino tinto y otras yerbas. La foto es imperdible y el momento imborrable.
Pero tal vez es hora de repensar algunos festejos y adaptarlos a nuestros tiempos. En vez de comida que resulta pecaminoso en esta coyuntura probemos con: bosta, barro, agua, hojas secas, papel picado, cucarachas muertas...
4 Comments:
Uf! el "¿Esa comida la van a tirar?" me dolió a mi desde aca al leerlo... es verdad, qué necesidad hay de tirar comida si lo que se quiere es festejar? nunca lo había pensado desde ese punto de vista, pero es bueno tenerlo en cuenta! (aparte la bosta y las cucarachas muertas suenan mucho mas interesantes que el pure de tomate :P)
No se juega con comida...
es la frase más vieja que conozco.
coincido plenamente
cuando me recibi no permiti que me tiraran nada
desde chica oi que hay gente que no tiene que comer
beso
y nadie piensa en los resignados transeúntes que...repuaj!!! necesitan pasar frente a alguna facultad en diciembre, cuando el calor va fermentando todo ese mosto...
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